En 1888 Nobel se sorprendió al leer su
propio obituario, al que habían
titulado "El mercader de la muerte ha muerto", en un periódico francés. Dado que era su
hermano Ludvig el
que realmente había fallecido, el obituario se había publicado por error ocho
años antes de la muerte de Alfred Nobel. Este artículo le desconcertó y le
volvió aprensivo acerca de cómo sería recordado, inspirándole a cambiar su
testamento.
Nobel escribió varios
testamentos en vida; el último poco más de un año antes de morir, que firmó
el 27
de noviembre de 1895 en
el Club Sueco-Noruego de París. Para
sorpresa generalizada, el último testamento de Nobel especificaba que su
fortuna se emplease en crear una serie de premios para
aquellos que llevasen a cabo "el mayor beneficio a la humanidad" en los campos de la física, la
química, la fisiología o medicina, la literatura y la paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario